Historia de Rollán

img_0022Del topónimo: “Rollán”, hay dos versiones sobre su procedencia:

  • ‘Rollo’ (en latín = rotulus): significa canto rodado. Indica que sería un lugar de cantos rodados. Es un topónimo de origen prerromano, como la mayoría de los topónimos de los alrededores.
  • ‘Roldán’: Es la opinión de Llorente Maldonado. Basándose en que su repoblación fue llevada a cabo por ultrapirenaicos; más concretamente por francos.

La primera referencia histórica escrita sobre Rollán se remonta al 14 de marzo de 1194, cuando el Rey Alfonso IX de León incauta la iglesia de San Juan a Pedro Pérez de Villafranca (del Bierzo). Es una cita de Julio González en su libro: “Regesta de Alfonso IX”  perteneciente a las Cartas Reales de dicho Rey.

Se admite que la repoblación de Rollán se llevó a cabo por los francos. Bajo la protección de Ramón de Borgoña y su esposa Urraca y, posteriormente, de su hijo Raimundo de Borgoña.

En 1218, según Francisco Rades y Andrada, se produce un acuerdo entre las Ordenes Militares de Calatrava y Alcántara, por el que la primera cede a ésta la Encomienda de la Magdalena.

Alonso de Torres y Tapia, en su “Crónica de la Orden de Alcántara” (1763), dice que es probable que Alfonso IX –en el año 1219- en la Carta del Fuero dado a los pobladores de la parroquia de la Magdalena (de Salamanca), se hiciese merced también de la villa de Rollán.

Así pues, resulta muy probable que Rollán pertenezca a la Orden de Alcántara, y más directamente a la Encomienda de la Magdalena, desde principios del siglo XIII. Se sabe que, ya en s. XV, existe un convento de franciscanos con un hospital anexo, ambos ubicados en la entrada norte de Rollán (algunos hemos llegado a conocer los restos del convento. Era la antigua “Botica” de D. Francisco Sequeros y, actualmente, de los hermanos Álvarez Parriego). Hay quien considera la posibilidad de que este convento fuera, en un principio, de la propia Orden de Alcántara. Otros, incluso, no descartan que -si tenemos en cuenta algunos vestigios que aún pueden verse en la iglesia del pueblo, como cruces paté con pintura roja- antes hubiera pertenecido a los Templarios u Orden del Hospital.

En Rollán la Orden de Alcántara estableció un Priorato, ¿desde cuándo? no se sabe. Los autores sólo se limitan a decir que “desde muy antiguo”. Tenía jurisdicción civil y eclesiástica, pero no la criminal. Fue el Maestre nº 33 de dicha Orden, D. Juan de Sotomayor, quien la consiguió del Rey Juan II de Castilla, en julio de 1429. Parece que el Rey le pidió ayuda al Maestre en su guerra contra Aragón y Navarra; como premio le expidió una Carta de Privilegio Rodado, concediéndole también la jurisdicción criminal. Según Torres y Tapia el propio Maestre vino a Rollán para comunicarles a los Alcaldes la adquisición de dicha jurisdicción para la villa (Hay un topónimo en el término de Rollán denominado “La horca”. Está ubicado en un teso junto al camino  –ahora de Cojos- que conducía a Salamanca. Por supuesto que sería aquí donde ajusticiaban a los reos).

Se producen algunos pleitos entre el Priorato de Rollán y los Obispos de Salamanca por el derecho a visitar las iglesias. Probablemente, el más importante ocurrió en 1591 con el Obispo Jerónimo Manrique, y cuya sentencia, contra éste, es emitida por el Rey Felipe II.

La villa de Rollán también tuvo varios pleitos con el propio Comendador de la Magdalena, sobre todo durante el s. XVI.

Había dos alcaldes. El Alcalde Mayor lo ponía el Comendador, y el otro era elegido por el pueblo de entre sus hombres buenos.

La administración de la villa estaba sometida a la supervisión de la Orden de Alcántara que, regularmente, enviaba a un Visitador para controlar las actividades de: Alcaldes, Regidores y Mayordomo de la localidad. Esta visita se aprovechaba también para hacer un Apeo de todas las fincas e inmuebles de la Orden, con su descripción y límites.

La operación del Catastro de Ensenada que se efectúa en Rollán (libros 2002 a 2006) comienza el 1 de noviembre de 1752. En la respuesta a la 2ª pregunta del Cuestionario se dice: “Esta villa es de señorío y pertenece al Serenísimo Infante Cardenal” (Se trata del futuro Rey Carlos III). A la 10ª pregunta se responde que el término municipal de Rollán tiene 3.092 Has., de las que: a Rollán le corresponden 2.297; a Cojos: 408 y a Garcigrande: 387 Has. Concretamente Rollán sólo (es decir, sin Cojos y sin Garcigrande) tiene 3302 fanegas de terreno explotable. De ellas:

  • 20 fanegas, para cortinas de herrén.
  • 490 fanegas para trigo y centeno; en 3 hojas: Abajo, Palomares y El Tocón.
  • 150 fanegas para prados de guadaña de particulares.
  • 142 fanegas para eras, ejidos comunes y valles.
  • 500 fanegas en el monte comunal.

En la respuesta 33ª se dice que hay 20 labradores, 15 sastres, 9 zapateros, 10 tejedores de lana y 5 tejedores de lino.

Y en la 35ª se relacionan 21 puros jornaleros, 8 pastores y 5 guardas.

En la guerra de la independencia, durante algún tiempo, estuvo en Rollán la partida del famoso guerrillero Julián Sánchez “El Charro” o alguna fracción importante de ella, pues conocemos dos hechos en los que se constata esta afirmación. El primero ocurrió en 1810, en el paraje de “La Madroña”, donde se produjo una refriega con un destacamento de soldados franceses a los que derrotaron causándoles varias bajas. Y el segundo -según cuenta el historiador Villar y Macías- sucede el día de San Pedro de 1811, cuando se celebra una gran merienda en Salamanca, en el Zurguén, donde se reúnen más de 2000 personas, y también acuden franceses. Entonces, varios hombres de la partida de Julián Sánchez “El Charro” aparecieron de repente creando un gran alboroto. Se retiraron a Rollán, después de haber conseguido que los franceses huyeran llenos de miedo.

En el año 1869, debido a un sensible aumento demográfico de la población, Rollán se encuentra en una situación casi revolucionaria de las clases más pobres, porque pasan hambre. Se decide la roturación de terrenos en la Guedija y Maribáñez, y también en el Monte Comunal. De éste último nacerían las “partes chicas” (porciones de terreno denominadas “quiñones”) que se asignaron a la clase obrera.

Rollán deja de pertenecer a la Orden de Alcántara en el año 1873. El 17 de diciembre de ese año el Obispado de Salamanca pone fin al Priorato de Rollán, nombrando como primer ecónomo de la Villa al sacerdote D. Nicolás Hernández. Terminan así más de 650 años de historia dependiendo de una Orden Militar. Deja de ser “nullius diócesis”

Otro acontecimiento histórico singular de Rollán tiene lugar en diciembre de 1895, cuando con bastante publicidad se inaugura la Escuela de Adultos. En 1900, de los 1324 habitantes del pueblo el 41% no saben leer ni escribir. La escuela de adultos estuvo funcionando varios años, comenzando sus clases el 15 de octubre y terminando el 15 de marzo.

No menos interesante para la vida del pueblo resultó el alumbrado de un pozo artesiano en el año 1910, y los lavaderos públicos en el año siguiente. Pocos años tardó la población en saber que el agua del artesiano quitaba el blanco de los dientes. Su agua producía la fluorosis dental. Sin embargo, por problemas estrictamente económicos,  no pudo ser remplazado su consumo hasta que, en 1954, se logró traer al pueblo desde el paraje de la “Guedija”

Durante la II República, Rollán es el primer pueblo de la provincia de Salamanca que, en aplicación de la Ley de Reforma Agraria (del 9 de septiembre de 1932), realiza un asentamiento de campesinos en Cojos, finca perteneciente a un miembro de la Grandeza de España: D. Luis Patiño y Mesa, Marqués de Castelar. El 4 de octubre de 1934, dicha finca, se le entregará a la Comunidad de Campesinos para su explotación.

Pero, anteriormente, se había producido la ocupación temporal y parcial de las fincas de Cojos, Torrecilla de Miranda y Garcigrande (estas dos últimas, aunque no fueran de la Grandeza) en aplicación del Decreto sobre Intensificación de Cultivos de fincas rústicas (del 1 de noviembre de 1932). Estas ocupaciones se hicieron en el año 1933.

A mediados de julio de 1936 se produce el levantamiento militar de Franco que iniciaría una sangrienta Guerra Civil, con consecuencias trágicas también para nuestro pueblo. En efecto, en Rollán se dan todos los hechos desgraciados que trae consigo una guerra: represión (también en mujeres), hambre, miedo, prisioneros políticos, prisioneros de guerra, “paseados”, mutilados de guerra, muertos en combate…

Después de un intento ocurrido en los primeros años del siglo XX (año 1917), la Concentración Parcelaria llega en el año 1967. El cambio se empezará a notar inmediatamente y, junto a las ventajas de mayor mecanización y producción, llegará la despoblación y emigración. Lenta e inexorablemente, comienza el despoblamiento.

En 1975 se realiza la Ampliación y Mejora del Abastecimiento de Aguas y Red de Alcantarillado, consiguiendo así tener agua corriente en domicilios y otros inmuebles. Pocos años después, en 1982, comenzarán a pavimentarse las calles.

Otra gran obra realizada en Rollán corresponde a la Canalización y Cubrición del Regato que terminó en el año 2001.